Algunas reflexiones sobre las señas de identidad de Mujeres de Negro contra la guerra

Algunas reflexiones sobre las señas de identidad de Mujeres de Negro contra la guerra

 

De Mujeres de Negro contra la guerra – Madrid
Febrero 2013

 


Índice

Preámbulo.

1 Crean espacios para que se escuchen las voces de las mujeres contra la guerra y para transformar su indignación en resistencia activa y noviolenta a la   guerra.

2 Rechazan todo tipo de política de guerra, empezando por la del Gobierno del Estado o Comunidad en la que viven.

3 Mantienen la memoria histórica para que no se impongan el olvido y la manipulación.

4 Construyen redes solidarias entre las mujeres por encima de fronteras, etnias, religiones.

5 Denuncian la interrelación entre la militarización cotidiana, local y global.

6 Estrechan los vínculos entre las reflexiones y prácticas feministas y antimilitaristas.

7 Impulsan la resistencia noviolenta de mujeres contra toda forma de control patriarcal.

8 Apoyan la participación de las mujeres en las negociaciones de paz a nivel local, regional y global.

9 Trabajan a través de la educación para la paz, la noviolencia y el antimilitarismo, desde espacios privados y públicos, buscando la reconstrucción de la convivencia rota.


Preámbulo

Este texto nace de muchas sesiones de debate que hemos tenido algunas integrantes de Mujeres de Negro * contra la guerra de Madrid durante el año 2012.

El trabajo ha partido del tríptico de presentación de nuestro grupo. Desde ahí, hemos debatido y ampliado el contenido de cada uno de los epígrafes. Los puntos no están cerrados sino abiertos a futuras aportaciones tanto de reflexión como de experiencias.

Pretendemos trasladar nuestra visión de las guerras de antes, ahora y siempre. Sus desastrosas repercusiones en el género humano y la Naturaleza.

También visibilizamos nuestro pensamiento crítico distinto del imperante. Finalmente, queremos manifestar nuestro reconocimiento a tantas mujeres que han reflexionado, vivido y denunciado la violencia y las guerras a lo largo de la historia.

* De ahora en adelante MdN.

 

MUJERES DE NEGRO DE MADRID
CONTRA LA GUERRA

 

¿Por qué mujeres de negro?

Somos mujeres feministas. Nuestro Feminismo es pacifista y antimilitarista.

Vestimos de negro en señal de duelo por todas las víctimas de las guerras.


¿Por qué contra la guerra?

Interpretamos que  la violencia hacia las mujeres ha conseguido visibilidad  social y atención  institucional, en España y en los últimos tiempos. Sin embargo, no se ha conseguido la misma sensibilización general hacia la violencia generada por el militarismo y las guerras  e incluso hay intereses de grupos de poder  que consiguen minimizarla.

Ya hay grupos de mujeres que actúan frente al problema de la violencia machista. Nosotras hemos elegido dedicar nuestro trabajo a desenmascarar y denunciar las causas profundas y ocultas  de los conflictos armados, y expulsar del mundo  y de nuestras vidas la violencia de la guerra.

Creemos que el feminismo es una filosofía. No solo intenta cambiar la situación de las mujeres sino la de toda la sociedad y se opone a todos los tipos de violencia. Es importante centrarnos en “la guerra” hacia la que hay mucha sensibilidad social e institucional (aunque nunca suficiente). Lo específico de MdN es desentrañar las causas de la militarización, que son complejas y están ocultas, para poder  nombrarlas y actuar sobre ellas, en la medida de nuestras posibilidades.

Cuando decimos “contra la guerra”, decimos en contra del militarismo caqui y el de todos los actores armados.

Queremos estar en contra de todos los ejércitos, o grupos armados y siempre a favor de la población civil. La bipolaridad que nos obliga a  posicionarnos a favor de unos y contra otros, es una trampa.

Queremos poder decir “ni esto ni lo otro”. Queremos estar en contra de las dos barbaridades sin tener que elegir. Estar en contra de las dos barbaridades, entre otras cosas, evita que nos volvamos esquizofrénicas y  sienta las bases para lo que viene “después”. De esta forma podremos ir caminando partiendo del antes, del durante y del presente continuo. 

El patriarcado y el militarismo son dos formas de poder y violencia que se retroalimentan. Afectan a toda la sociedad, aunque especialmente a los sectores más vulnerables o que más se diferencian de la normalidad–normatividad  (las mujeres en todas las épocas, países y sistemas políticos; la infancia, personas ancianas, discapacitadas, mujeres con escasos recursos económicos, las que no optan por la heteronormatividad…)  Patriarcado y militarismo están en el origen de las guerras, junto a los intereses económicos o de poder.

El patriarcado es un sistema de poder y dominación de los varones sobre las mujeres, fundamentado en una férrea dicotomía de género, y que plantea esa dicotomía y la opresión en sí, como algo natural, no como una construcción cultural e ideológica (del mismo modo que se nos presentan las guerras como un mal inevitable e incluso necesario, que han ocurrido siempre).

Los principales beneficiarios de ese sistema son los varones, aunque los valores que impone también les afectan negativamente. Se basa en la dominación, la competitividad, la utilización de la violencia... que perjudica a todos y especialmente a los que no se ajustan a la norma patriarcal.

Como en cualquier otro sistema de opresión, hay mujeres que lo sustentan involuntariamente, pues han sido educadas para ello. Otras colaboran con él pues obtienen los beneficios que ese poder supone.


1.-  Crean espacios para que se escuchen las voces de las mujeres contra la guerra y para transformar su indignación en resistencia activa y noviolenta a la guerra.

En las guerras, además del enfrentamiento armado, hay otra pugna de las partes en los medios de comunicación por  ganar a la opinión pública, tanto a la local como a la internacional. Durante los enfrentamientos armados que han tenido lugar en el siglo XX y en lo que va del XXI, vemos que no ha habido ningún reparo en difundir  información falsa de forma consciente, como una  estrategia más de guerra, para ganar esa “batalla”, confirmando que la verdad es la otra víctima importante de las guerras.

Otra característica es que la información generada en torno a la sociedad civil prioriza la realidad más flagrante de su condición de víctimas. Son personas que de la noche a la mañana se hacen completamente vulnerables y además se les convierte en “el enemigo” de una de las  partes combatientes.

Consideramos que el primer deber de la Comunidad Internacional es declarar que ninguna guerra puede resolver un conflicto, y además proteger la integridad de la sociedad civil.

Nosotras ponemos especial ímpetu en visibilizar a los grupos que desde dentro se enfrentan a la guerra de forma noviolenta, bien denunciando a los suyos y los intereses que ocultan o a la Comunidad Internacional cuando no busca el fin del enfrentamiento. Buscamos que sea la sociedad civil la ganadora y no los poderes visibles o fácticos, que mantiene la pervivencia del militarismo. Apoyamos las alternativas que proponen para poner fin a ese enfrentamiento “ya”, sin que se prolongue en el tiempo.

Creemos que cualquier guerra es responsabilidad de todas las personas, independientemente de donde vivamos. Al ser ciudadanas de la Unión Europea somos conscientes de que si ésta tiene alguna responsabilidad en la guerra, esa guerra nos incumbe directamente a nosotras y también somos responsables del papel que desempeñe en nuestro nombre y por tanto, queremos hacer oír nuestra voz.

Por todo esto ejercemos de altavoz o portavoz de las mujeres de la Red: informando, haciendo contrainformación, denuncias y apoyo  para desenmascarar todos los aspectos del militarismo. Damos visibilidad a los grupos que trabajan por la paz desde dentro y dan alternativas porque son el motor principal para la ansiada paz.

Somos conscientes de que el trabajo de apoyar y visibilizar a estos grupos, si no lo hacemos l@s opositor@s a la guerra, va a quedar sin hacer. Los grupos de poder nunca van a denunciar la acción militarizadora de toda guerra y sus consecuencias.


2.-Rechazan todo tipo de política de guerra, empezando por la del Gobierno del Estado o Comunidad en la que viven.

A nosotras nos importan tanto las guerras como los preliminares, nos afectan tanto éstas como los conflictos. Aunque no hagamos diferencia entre unas y otros, sí debemos conocer qué suponen ambos, para intentar llamar a las cosas por su nombre y no devaluar o minusvalorar a ninguno.

La guerra es un conflicto armado abierto y declarado entre dos ejércitos con programación previa: creación del enemigo, rechazo del diferente, manipulación de la información, militarización y control social con recorte de libertades y derechos... Nos importa la reconstrucción del escenario de la guerra y la recuperación  del tejido social. 

En la guerra cada bando tiene que ser más cruel que el otro para destruir al enemigo y conduce directamente a la “locura”. Es muy fácil atravesar “la delgada línea roja” del horror. La guerra deshumaniza, crea un estado psicótico con enemigos por todos lados. Toda la sociedad pierde (incluso los vencedores) y queda muy deteriorada. 

La militarización social previa a la guerra es el proceso imprescindible para presentarla y ser aceptada como  inevitable. 

La bipolaridad es otra trampa, el tener que posicionarnos a favor de unos y contra otros. Queremos poder decir “ni esto ni lo otro”. Queremos estar en contra de las dos barbaridades sin tener que elegir ninguna. Esta posición facilitará el camino para la reconstrucción posterior. 


Hay una amplia catalogación de la violencia:

En muchas ocasiones encontramos que dependiendo de la situación se usan eufemísticamente los términos que más interesen en beneficio propio, como guerra o conflicto.

Conflicto, es el enfrentamiento soterrado en el que puntualmente puede haber confrontación armada y que puede prolongarse en el tiempo.

Es importante distinguir entre unos y otros, no porque queramos enmascarar a las guerras no llamándolas como tal, sino porque en ocasiones los conflictos  no son guerra y sí conflictos. Como mujeres de negro queremos trabajar los dos.

El terrorismo es la materialización de una ideología que se manifiesta con actos de terror.   Los grupos armados usan la violencia de una u otra forma y no queremos apoyar a ninguno. Su objetivo no son los intereses de la población civil sino conseguir el poder.

Para ser coherentes con nuestros valores y principios no debemos apoyar ningún tipo de lucha armada o violenta. Este posicionamiento tiene en cuenta fines y medios. Muchas veces estos planteamientos y principios son molestos, por eso los Organismos secretos del Poder oficial y los grupos cercanos que pueden verse cuestionados, tratan de desprestigiarlos, minusvalorarlos, infiltrarlos.


Algunos conceptos:

El genocidio es un delito internacional de cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; estos actos comprenden la matanza de miembros del grupo, lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Un crimen de guerra es una violación de las protecciones a la sociedad civil establecidas por las  leyes y las costumbres de la  guerra, integradas por las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario en un conflicto armado y por las violaciones al Derecho Internacional. El término se define en gran medida en el Derecho Internacional, incluyendo la  Convención de Ginebra. Los malos tratos a prisioneros de guerra y civiles y los  genocidios son considerados crímenes de guerra.

Por crimen contra la humanidad, o crimen de lesa humanidad, se entienden, a los efectos del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en julio de 1998, diferentes tipos de actos inhumanos graves cuando reúnan dos requisitos: “la comisión como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”.

Comprende las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.

Estos actos también se denominan crímenes de lesa humanidad. Leso significa agraviado, lastimado, ofendido: de allí que crimen de lesa humanidad aluda a un crimen que, por su aberrante naturaleza, ofende, agravia, injuria a la humanidad en su conjunto.

 

3.-Mantienen la memoria histórica para que no se impongan el olvido y la manipulación. 

¿Por qué es importante la historia para nosotras mujeres de negro?

Es importante siempre conocer la verdad de cualquier tema y de éste en especial. Precisamente la historia está ahí para que no nos engañen. La Historia no puede ser interesada. Cuando todo el mundo hace barbaridades la historia tiene que contar todo lo ocurrido. Sabemos que cada cual la cuenta para reforzar sus intereses de forma consciente. Desde los intereses de la población civil debemos oír todas las versiones, conocer y analizar los hechos y a partir de ahí estudiarla, debatirla, recogerla y darla a conocer. 

Para que no puedan manipular la historia los vencedores, para que no nos condicionen el futuro, para que  se haga justicia con todas las partes,  para que no sea una norma falsearla a gusto de los vencedores,  de los dictadores o del líder de turno. Y para que al fin pueda haber una autentica reparación a las víctimas, es imprescindible conocer la verdad. Dicho de otra manera: para que se resuelva el problema, se reconstruya la vida, y se produzca una autentica reconciliación entre las partes en conflicto, con el objetivo de posibilitar una sociedad más justa. 

Cuando trabajamos la memoria histórica de un conflicto o guerra pretendemos documentar el antes, el durante y el después de los mismos: 

  • El antes,  identificando y denunciando los procesos de preparación de las guerras por los estados, los partidos o los lobbys; analizando cuál es la riqueza del país, qué recursos codiciados por otros países o lobbys tiene; cómo vive la población; qué información dan los medios, tanto los del propio país, como los de fuera y  conocer la evolución social. Todo es necesario para comprender el durante. 
  • El durante, es la fase de máxima violencia o enfrentamiento armado, de máxima enajenación colectiva. Se producen  las grandes escaladas de violencia de los bandos que intervienen en una confrontación, y que  no se sabe nunca donde pueden llegar con el horror y la barbarie. Hay que convencerse y convencer de la maldad del enemigo, aunque no se tengan datos fehacientes de esa maldad. Se aceptan rumores no fiables, historias falsas para poder justificar las respuestas violentas que se van a dar y así tener la coartada para presentarse como víctimas. En estos momentos el horror no deja ver la luz.
  • El después es el momento en el que los vencedores se toman venganza sobre los vencidos, justificando y convirtiendo en heroicidades sus propias acciones, e imponiendo su versión de lo ocurrido.


Qué hemos aprendido de los conflictos y de las guerras, y de la necesidad de elaborar una memoria histórica de los mismos

Una vez inmersos en una guerra o en un conflicto, entramos en una espiral de violencia que no somos capaces de controlar y nos lleva a cometer las máximas barbaridades. Esta es otra de las razones por las que MdN  estamos en contra de las guerras y trabajamos por su desaparición.

En cualquier guerra sabemos que es necesario contar la parte que pretende ocultar la versión oficial. Sabemos la dificultad que entraña tomar distancia y analizar con objetividad cualquier conflicto, así como el sufrimiento, la soledad, el señalamiento que  la disidencia conlleva.  No  estar con los tuyos supone alta traición y es difícil mantener “No en mi nombre” o “No me representan“ y no tomar partido por ninguno de los bandos. Denunciar la verdad de lo ocurrido y salir de la espiral de violencia  generada permite defender los intereses de la sociedad. 

También sabemos  la dificultad y el riesgo que corren las personas cuando denuncian públicamente las barbaridades que hacen los diferentes  bandos  en conflicto.

Una cosa puede ser a la vez verdad y mentira, habrá aspectos que  sean distintos dependiendo del lugar desde dónde se mire y de los sentimientos que generan en quién mira.

Sabemos también que para negociar la búsqueda de soluciones  a un conflicto tenemos que dialogar, siendo conscientes de que nuestro oponente tiene derechos y necesidades como nosotras. Ninguno de los dos tenemos absolutamente la verdad, ni estamos equivocados completamente. Nuestro pensamiento proviene de un punto de vista  concreto y hay otros enfoques del problema. 

Necesitamos conocer y estudiar la historia verdadera, pero esto es una tarea enorme para una persona sola, por eso en grupo se puede facilitar el trabajo.

Sabemos también las mujeres de negro que para que un conflicto termine, para que la sociedad  pueda  asimilar  y cerrar definitivamente,  son necesarios tres procesos fundamentales:

  • Verdad, que se sepa todo lo ocurrió en el proceso, tal y como ya hemos dicho.
  • Justicia, que ningún agresor verdugo quede impune.
  • Reparación, que se dé voz a las víctimas para que manifiesten a los agresores lo que necesitan de ellos para poder curarse, para poder empezar a vivir sin dolor.

Otros colectivos pacifistas y de Derechos Humanos también mantienen que para que termine un conflicto es necesario que haya:

  • Una resolución
  • Una reconstrucción
  • Y así  podrá llegar la reconciliación. 

 

Nuestra realidad actual 

Creemos que ahora vivimos un antes de un conflicto por:

  • La escalada de la pobreza, la violencia y la desigualdad; la disminución de la posibilidad de llevar una vida digna; la fragilidad, la vulnerabilidad  y la incertidumbre a la que mujeres y hombres estamos sometidos.
  • El control absoluto del mundo por las multinacionales y los poderes económicos y fácticos, con la connivencia o/ y participación de los políticos y la impunidad de los responsables.

 

4.- Construyen redes solidarias entre las mujeres por encima de fronteras, etnias, religiones...

En nuestros grupos hay mucha diversidad: antimilitaristas; pacifistas; de la izquierda más clásica; de defensa de los derechos humanos o sin posicionamiento político expreso.

Esta variedad es una riqueza si sabemos aprovecharla. Al escuchar a la otra vemos que tenemos las mismas necesidades, que es más lo que nos une que lo que nos separa y que las diferencias aportan enriquecimiento. Junto con el objetivo de erradicar la violencia y la guerra de nuestras vidas, también queremos conseguir que los Derechos Humanos y los Derechos de las Mujeres  sean una realidad en todo el planeta.

Nuestro trabajo está basado en la horizontalidad,  la participación,  el debate y el apoyo mutuo.

Las redes van a servir para darnos apoyo e intercambiar posibles respuestas a los problemas. Compartir las dificultades y los retos nos ayuda a  saber que no estamos solas o que no somos el centro del universo.

 

5.-Denuncian la interrelación entre la militarización cotidiana, local y global:

MdN somos antimilitaristas. Cuando hablamos de militarismo incluimos a los ejércitos, las estructuras militares, la simbología de la que se rodean (uniformes, himnos, banderas…),  y otros elementos ideológicos. Todo ello contribuye a crear en las sociedades civiles unos valores y actitudes que legitiman sus actuaciones y perpetúan la necesidad de su existencia.

MdN también consideramos militarismo a la forma de actuar, la  organización y la presencia en la sociedad de  los grupos terroristas.

El militarismo se sustenta en la obediencia ciega, la jerarquía, la agresividad, la violencia e imposición del más fuerte como forma de resolver conflictos, el sexismo, el miedo, la creación del enemigo, la competitividad… Estas formas contagian a la sociedad y militarizan nuestras vidas en lo cotidiano al:

  • Normalizar estos valores en la familia, la escuela y las relaciones personales
  • Exigir perfiles competitivos y agresivos, con don de mando en el ámbito laboral
  • Promover más plazas para policías y guardias de seguridad privada.
  • Aumentar el control social por todas partes.
  • Considerar al diferente y  al extranjero como enemigos, como causantes de los problemas.

La militarización es la aplicación de lo militar al conjunto de las expresiones de la vida civil. Es el conjunto de acciones que hacen que cada día normalicemos aspectos y violencias que no son normales y que las utilicemos en nuestras relaciones personales.

La militarización también contamina el interior de las personas. La respuesta que proponemos para cambiar lo lejano, tiene que servir también para que cambiemos a nivel personal: analizar lo global y actuar en lo local.  Analizarnos y corregirnos a nosotras mismas.

Los ejércitos, los grupos armados, interesan:

  • Al poder político, económico y militar
  • A las multinacionales y al gran capital
  • A las industrias que tienen intereses en la fabricación de armas
  • A los gobiernos
  • Al propio ejército que como todo poder tiende a perpetuarse

Mantienen el orden establecido y en muchas ocasiones reprimen a quienes cuestionan o se oponen a la situación.

En esta época de crisis hay ajustes a todos los niveles. Se recorta de educación y sanidad  pero nadie habla de recortar en defensa, en lo militar.

Nosotras no queremos colaborar con esta militarización. Denunciamos las distintas situaciones en las que se materializa e intentamos crear alternativas para construir una sociedad desmilitarizada, con menores niveles de violencia.

 

6.-Estrechan los vínculos entre las reflexiones y prácticas feministas y antimilitaristas.

En nuestro proceso pretendemos actuar con el fruto de las reflexiones tanto feministas como antimilitaristas y de lo que hemos aprendido de ellas.

Nosotras como mujeres estamos en contra de la guerra como una opción individual, política y humanística, no como una connotación inherente al género o a la maternidad.

No consideramos síntoma de avance en la igualdad que algunas mujeres se hayan incorporado a las fuerzas armadas, como tampoco consideramos un avance que haya ministras de defensa. De la misma forma  nunca estaremos de acuerdo con prescindir de nuestros principios feministas en aras de los partidos tanto de izquierda como de derecha, la nación, la patria, el pueblo, la autonomía.

Queremos  analizar y participar  en los acontecimientos desde nuestra propia mirada.

Creemos que lo  nuevo es ser capaz de no caer en la lógica binaria, que los conflictos están llenos de matices, los tópicos encasillan las conductas. En este sentido buscaremos respuestas creativas que recojan los sentires  y necesidades de la sociedad civil.

No queremos encasillamientos ni exclusividades. Queremos el reconocimiento  de lo tuyo y lo mío, de las necesidades que compartimos. Nuestra responsabilidad sería cubrir ambas necesidades de forma solidaria y así seríamos todos más fuertes.

No queremos que los afectos se manipulen y utilicen en contra de la otra, del otro para separarnos. Es a lo que recurren todos los líderes nacionalistas o excluyentes, aun a sabiendas de que dicen cosas que no creen y que saben que no son ciertas,  sino mentiras, pero con las que manipulan a la población para conseguir poder. No queremos que nos manipulen ni en lo macro ni en lo micro.

Nuestras prácticas antimilitaristas son:

  • Los comunicados de contra-información o denuncia
  • La objeción de conciencia al gasto militar (OF)
  • No dejarnos embaucar por el concepto excluyente de ser de  un país
  • La sensibilización social
  • La solidaridad
  • Desarrollar  relaciones con otros grupos de mujeres afines
  • Potenciar las organizaciones colectivas
  • Vivir y practicar una cultura de paz

 

7.-Impulsan la resistencia noviolenta de mujeres contra toda forma de control patriarcal

Sabemos que el patriarcado nos impone uniformidad  en todos los aspectos, heteronormatividad, competitividad, sometimiento, invisibilidad....que nos controla y condiciona socialmente, más allá del lugar de nacimiento o donde desarrollemos nuestra vida.

Ante todo esto, MdN respondemos con la resistencia activa. No hacer nada, puede ser una estrategia de no colaboración útil en algún momento; otras veces no se hace nada por impotencia o pasividad. La  no colaboración, la desobediencia, la obediencia crítica y el cuestionamiento de los nuestros, desde la creencia de considerar la noviolencia no solo como una estrategia sino como una herramienta transformadora personal y social.

Actuamos desde la sensibilización, la resistencia y la alternativa.

La resistencia activa no es quejarse, sino hacer algo en contra, dar alternativas: tener una postura activa, positiva. Es una forma de organizar la rabia, darle una respuesta positiva. Pasar de un sentimiento de dolor incapacitante y victimista a un sentimiento positivo que ayude a canalizarle.

Y noviolenta a la guerra: la indignación ha de estar dirigida hacia  todos los actores armados, desmarcándonos y sin apoyar a ninguno de ellos: “ni con unos ni con otros” y “ninguno actúa en nuestro nombre”. Esta coherencia nos da credibilidad y herramientas para el futuro. También nos va a distinguir de los gobiernos (u otros líderes) que dan apoyo incondicional a una parte, normalizando las barbaridades que hacen y propiciando para ellas las impunidad. Son violencias que apoyan abiertamente o que consideran necesarias, o un mal menor, porque lo único que buscan es reforzar sus intereses o conseguir su objetivo. Al apoyar a una de las partes se cae en la misma hipocresía y doble moral de ellos. A la vez que se cae presa porque si se ha disculpado y apoyado unas acciones violentas  por qué no apoyar otras. Estos apoyos hacen perder credibilidad para el resto del proceso.

 

8.-Apoyan la participación de mujeres en las negociaciones de paz a nivel local, regional y global. 

Ante la realidad de que las guerras tienen su prolongación en el cuerpo de las mujeres, la ONU, en la declaración 1325,1820, 1888, 1889 y 1960 han establecido las normas para que las mujeres queden al margen de todo conflicto armado. 

En un principio estas Resoluciones pueden ser consideradas un paso importante de concienciación sobre el tema. Pero es un paso que a nosotras no nos sirve, no es suficiente. 

No queremos que la ONU diga cómo tienen que ser las guerras para que se legitimen o perpetúen, sin contemplar la posibilidad de erradicarlas. Queremos que la ONU declare que todas las guerras son ilegales e ilegítimas. Que proteja a la población, a la sociedad y a la naturaleza de ellas. Y que todas y cada una sean consideradas un crimen contra la humanidad y sus responsables no queden impunes. 

consideramos válida la parte de la 1325 que recoge que las mujeres, que son las activistas de la paz más importantes, se incorporen a las mesas de  negociación del conflicto. Pero que sean las mujeres que trabajan contra la violencia de la guerra o el conflicto y en la reconstrucción del tejido social, para que las mesas de negociación no sean un mero reparto de poder, y la violencia contra las personas no quede impune respetándose los Derechos Humanos y los Derechos de las Mujeres. 

  

9.-Trabajan, a través de la educación para la paz, la noviolencia y el antimilitarismo, desde espacios privados y públicos, buscando la reconstrucción de la convivencia rota.

Entre las múltiples facetas que contempla la educación para la paz, MdN elige centrar sus energías en tres aspectos:

  • Mirar los acontecimientos con ojos críticos y desde las consecuencias que tienen para la población civil.
  • Regular los conflictos teniendo presente los intereses y necesidades de todas las partes.
  • Potenciar en nuestros grupos y relaciones otros valores que hagan posible el cambio que perseguimos.

Mirar

Una parte importante de nuestro trabajo es denunciar situaciones de injusticia que se dan en los lugares donde viven otras mujeres de negro. Escuchamos su situación, preguntamos qué necesitan y hacemos denuncias transmitiendo su información y poniendo voz a quienes no tienen oportunidad de ser escuchadas.

Regular los conflictos

Somos conscientes de que los conflictos siempre van a existir. Son fruto de nuestra diversidad y nos preocupa la forma en la que son abordados. Desde los más cercanos, aprendemos a regular estas situaciones teniendo en cuenta: 

  • las necesidades de las partes implicadas
  • la reparación de los lazos rotos
  • el horizonte de reconciliación.

Potenciar

Queremos que nuestros grupos y espacios de relación supongan un campo de práctica de otros valores diferentes a los mayoritariamente aceptados: horizontalidad en las tomas de decisiones, reparto del poder, participación de todas, cuidado de las necesidades…nuestro reto es encontrar un equilibrio entre el proceso y el resultado.

Buscar la reconstrucción de la convivencia rota:

  • Un paso imprescindible para ser un interlocutor válido es haberse posicionado y denunciado previamente el conflicto, enfrentándote y desobedeciendo a los tuyos
  • El acercamiento a las víctimas y a los actores sociales del otro bando.
  • Buscar, escuchar, atender a la parte más humillada, sea del bando que sea.
  • Asumir la responsabilidad de trabajar con las víctimas de los nuestros.
  • Encuentros con todas las partes de la sociedad civil implicadas en la reconstrucción social.
  • Creemos que estos pasos ayudan en el proceso de pacificación efectiva. Pretenden cerrar el conflicto actual y proporcionar experiencia para otras situaciones.


NUESTROS ORIGENES

Mujeres de Negro nace a partir de acciones de  desobediencia civil noviolentas realizadas por mujeres en circunstancias muy difíciles.

Mujeres de Negro nació en 1988 en Israel, cuando mujeres judías  salen a la calle en Jerusalén para decir NO A LA OCUPACIÓN. Fueron el primer colectivo social que se manifestó en Israel públicamente contra la política de ocupación, por parte de su Gobierno, de los Territorios Palestinos.

En 1991, durante las guerras en la ex Yugoslavia, Mujeres de Belgrado se concentran en la calle para denunciar a su gobierno que ha empezado las guerras, el militarismo y la limpieza étnica, y dicen: NO EN MI NOMBRE.

Durante los bombardeos de Serbia por la OTAN se acuñó el derecho de poder decir NI esto ni lo otro (ni Milosevic ni la OTAN).

La Red Internacional de Mujeres de Negro se va formando a raíz de los Encuentros de la Red de Solidaridad entre  Mujeres contra la guerra que se celebran en Serbia durante las guerras.

El movimiento se extiende por muchos países de los cinco continentes. En España se empiezan a formar grupos a partir de 1993.

Surge así una Red Internacional que trabaja en crear lazos solidarios con los movimientos civiles que sufren guerra o conflicto, ser altavoz de sus denuncias, y reforzar un compromiso común ante las injusticias y violaciones de los DDHH.

De NEGRO, en SILENCIO, desde la NOVIOLENCIA, manifestamos nuestra oposición a la guerra y a todo tipo de violencias.

Estas iniciativas son las que han dado carácter y sentido a  la Red Internacional de Mujeres de Negro.

 

EXPULSEMOS  LA GUERRA DE LA HISTORIA
Y DE NUESTRAS VIDAS

 

Autoras:

Concha Martín Sánchez,

M. ª José Sanz Municio,

Ascensión Talavera Lejárraga

 

 

 

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