Trabajemos por la Paz y por el Planeta ¡Distribución justa y sostenible de recursos!

 

Mujeres de Negro contra las guerras en Lovaina, Belgica. 2014



Gracias al movimiento activado por jóvenes de todo el mundo en los últimos años, a través de movilizaciones como las de Fridays For Future o Extinction Rebellion, toda la sociedad está empezando a concienciarse de la gravedad de la emergencia ambiental en la que nos encontramos. La vida en la Tierra tal como la conocemos hoy está en peligro. Si no reaccionamos rápido, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad ocasionados por las actividades humanas pueden llevarnos a un colapso social y ecológico letal para nuestra especie y para muchas otras.

Las medidas que se están tomando desde la mayoría de los estados, gobiernos y poderes económicos no pasan de ser pequeños parches incapaces de revertir la tendencia global que llevamos. Necesitamos un cambio mucho más profundo. Organizaciones indígenas, grupos ecologistas y redes de mujeres de todo el mundo aportan ideas y ejemplos para este cambio. Son estos colectivos quienes están defendiendo nuestra seguridad. A modo de ejemplo, se pueden consultar los miles de casos recogidos en el Atlas Global de Justicia Ambiental, que no serían visibles sin su labor.

Mujeres de Negro queremos sumarnos a las corrientes que trabajan por poner la vida en el centro. Nos reconocemos como seres interdependientes tanto ecológica como socialmente y, por tanto, queremos una sociedad capaz de cuidarse y de cuidar su entorno.

En la defensa de la vida y del cuidado nos parece absurdo seguir dedicando recursos y esfuerzos a actividades destructivas, violentas y contaminantes. Por eso no entendemos la necesidad de continuar alimentando guerras, ejércitos y demás estructuras del entramado industrial militar. Una distribución justa y sostenible de los recursos es la mejor prevención para los conflictos bélicos, pues los motivos que se esconden tras la mayoría de las guerras incluyen la explotación de algún recurso natural. Recordamos que, no solo los ejércitos consumen enormes cantidades de combustibles fósiles, sino que la mayoría de las intervenciones militares de las últimas décadas tenían como objetivo principal asegurar el suministro y el transporte de estos combustibles, existiendo numerosos ejemplos de acuerdos entre países productores de armas (EEUU, China, Reino Unido, Francia, Holanda) y países productores de petróleo (Arabia Saudí, Irak, Sudán, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria).

Los impactos de las guerras y otras intervenciones militares son incalculables y suelen tener efectos muy duraderos. Como ejemplo puntual, recordamos que el armamento químico fabricado en España y empleado en el Riff, sigue causando cáncer entre la población civil. 

 

Mujeres de Negro contra la Guerra definimos el militarismo como una plaga para la Humanidad y para el planeta entero. Para deshacernos de esa plaga:

 Apoyamos las acciones directas noviolentas que ayuden a reconducir esta situación, en demanda de mecanismos vinculantes para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y otros tipos de contaminación, la destrucción de hábitats y la pérdida de biodiversidad.

   Exigimos a todos los gobiernos que garanticen la seguridad y la salud de las personas y del Planeta, y que dejen de desperdiciar recursos en alimentar el militarismo.

 Invitamos a la sociedad civil a sumarse a las alternativas de consumo responsable que fomentan relaciones más justas y ecológicas (grupos de consumo, banca ética, cooperativas eléctricas, huertos comunitarios, etc.).

    Reivindicamos la memoria de las mujeres defensoras del medio ambiente asesinadas a lo largo de la historia y exigimos protección para aquellas que continúan con esta lucha.

 

 

Defendemos la vida frente a los intereses económicos y militaristas

 

 

No hay estrategias militares que se centren en las causas fundamentales del cambio climático […] porque el objetivo principal de los ejércitos es garantizar el orden mundial actual, sin importar lo injusto o insostenible que sea

Mark Akkerman en El fin del lavado de cara “verde”: el cambio climático y el comercio de armas (2016)


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